Un mes de noviembre de 2013, en plena crisis tuve una conversación con un viejo cliente, Ricard, que es co-propietario de una pequeña empresa familiar. Estuvimos hablando sobre lo difícil para los empresarios sacar adelante el negocio y cuánta imaginación, proactividad, perseverancia, valor y determinación eran necesarias para sacar adelante el proyecto.
Al final de la conversación le pregunté: «Si hicieras la carta a los reyes, que los pedirías?»
Me respondió: «Que mi equipo pensara como yo».
En el fondo, Ricard pedía ver en su equipo aquellas virtudes que enumeraba y que tan importantes consideraba, especialmente en tiempos de difíciles.
Yo me pregunté: «¿Y de quién se supone que depende que el equipo sepa qué se espera de él? ¿Como sabe el equipo como puede contribuir más y mejor a que la empresa salga adelante? «
Los empresarios/directivos a menudo tienen bastante información de lo que ocurre fuera de la empresa y de qué estrategias quieren adoptar para responder más adaptativamente al entorno. Si la compartieran con sus equipos, seguramente podrían «pensar» como sus directores.
Menciono otro ejemplo reciente: hablando con el Director de un departamento de una multinacional me decía: «la empresa donde trabajo y mi departamento deben hacer cambios importantes …. Hace seis meses que le doy vueltas y siento que mi equipo no está preparado….».
Yo le pregunté: «¿Qué sabe tu equipo de este cambio ?.
Respuesta: «Pues esta es una buena pregunta porque todavía no les he dicho nada».
En ambos casos parece como si los protagonistas de las historias estuvieran conectados con su equipos por bluetooth. Como si mediante esta tecnología, pensar y compartir fuera lo mismo.
¿Por qué creemos que los demás leen o entienden lo que pensamos?
Así pues, si en otro artículo comentábamos que los responsables de equipos son jardineros ahora digo también que son constructores de puentes.
Tan importante es construir puentes como construirlos en la buena dirección. Hay que establecer vías de diálogo entre:
Qué tenemos que transportar en estos puentes?
– Objetivos.
– Estrategias.
– Información.
– Ideas.
– Estados de ánimo.
Finalmente, ¿qué hay que tener en cuenta para hacer buenos puentes?
De esta manera practicamos el arte de salir de uno mismo y de abrirnos al otro. Es decir, no hablamos para nosotros mismos, sino que hablamos para el otro adecuando nuestra comunicación y construyendo buenos puentes.
Recuerde: no tenemos bluetooh y no hay lectores de pensamientos. ¡Adelante constructores de puentes!